En el interior de la provincia de Castellón se encuentra una sierra excepcional desde el punto de vista natural. El Parque Natural del Espadán posee una estructura geológica casi única en el mediterráneo español, porque aunque comparte con la Calderona o con el conjunto montañoso del Desert de les Palmes el mismo sustrato rocoso, es allí donde se manifiesta de forma más espectacular. Las rocas areniscas como el rodeno y las argilitas forman grandes cubos escalonados en las laderas de pendientes escarpadas de sus cumbres, dándole a la sierra su fisonomía peculiar y tremendamente atractiva para los amantes de la naturaleza.
Entre este manto rocoso crece una vegetación propia de otros parajes menos expuestos a la sequedad del clima mediterráneo que, aunque rico en variedades vegetales, las somete a duras pruebas de subsistencia.
Entre este manto rocoso crece una vegetación propia de otros parajes menos expuestos a la sequedad del clima mediterráneo que, aunque rico en variedades vegetales, las somete a duras pruebas de subsistencia.
Con una posición adecuada frente a la costa para recibir los vientos marinos favorables a la formación de nieblas, se deposita en Espadán la humedad suficiente para que sus bosques puedan alimentar un mundo vegetal insólito donde el alcornoque señorea entre carrascas, pinos y un tupido manto de arbustos propios de otros climas más húmedos y fríos; los helechos, madreselvas y las violetas junto con musgos y líquenes en los lugares más sombríos, llenan el espacio forestal más cercano a un suelo agradecido y esponjoso.
Un cordón de cimas, entre las que se encuentran Espadán , Rápita, Bellota y Alt del Aljub, forman un eje perpendicular a la línea costera y los valles y barrancos a sus pies van tejiendo redes, seccionando la corteza montañosa. Las aguas de lluvia que resbalan desde las cumbres van distribuyéndose por las vaguadas donde los arroyos se funden con la apretada vegetación
A diferencia de otras sierras con similares dificultades orográficas para la instalación humana, Espadán encierra en su interior más quebrado pequeños pueblos de marcado carácter morisco, Aín, Eslida, Alcudia de Veo o Torralba del Pinar aparecen al pie de las más impresionantes cumbres y un entramado de callejuelas tiende hacia ellas.
En todos ellos el agua es protagonista y en los caminos que llevan entre huertos a las fuentes de Fosques, Sant Josep o Sant Ambros queda patente el empeño secular de una transformación del medio natural enraizada en el paisaje.
Desde épocas remotas la sierra ha sido baluarte en las confrontaciones bélicas ya que su situación estratégica, su trazado laberíntico así como el dominio que desde sus cumbres ejercía sobre las tierras circundantes; la convirtieron en refugio fácilmente defendible por medio de una tupida red de castillos construidos en muchos casos sobre la base de recintos ibéricos; es, sin embargo, durante la dominación musulmana cuando se alzan fortalezas como la de Castro, Vall d'Uixó, Mauz, Alcudia de Veo o Aín entre otras muchas, pequeñas guarniciones que protegían militarmente a la sierra.
Hubo en otro tiempo ciertas actividades peculiares como la extracción de minerales en canteras de pequeñas dimensiones o en galerías subterráneas; ejemplos son el cinabrio, del que se obtiene el mercurio, barita para la extracción petrolífera, incluso se cuenta que los romanos extrajeron plata de estas montañas. Otra actividad tradicional fue la recogida de la nieve en depósitos llamados cavas o neveras; pero ante todo, la extracción del corcho del alcornoque es la que más caracteriza a las actividades económicas tradicionales de Espadán, labor que aún perdura aunque en retroceso.
Si por los itinerarios hacia las cumbres se alcanzan las atalayas desde las que contemplar grandes panorámicas, los senderos que, por viejos caminos siguen encajados valles y barrancos dejan al visitante ante pequeños paraísos naturales difíciles de olvidar como el de Aguas Negras, el de Alamanzor o el de Ajuez, escoltados por las magníficas paredes de rodeno, y perseguidos por el juego continuo del agua sobre el lecho rocoso.
Ante éste patrimonio que la naturaleza regala a Espadán y los elementos que la historia y la cultura han ido añadiendo parece imprescindible que toda esta riqueza natural y cultural fuera protegida mediante la declaración del Parque Natural de la Sierra de Espadán que tuvo lugar en 1998.
Un cordón de cimas, entre las que se encuentran Espadán , Rápita, Bellota y Alt del Aljub, forman un eje perpendicular a la línea costera y los valles y barrancos a sus pies van tejiendo redes, seccionando la corteza montañosa. Las aguas de lluvia que resbalan desde las cumbres van distribuyéndose por las vaguadas donde los arroyos se funden con la apretada vegetación
A diferencia de otras sierras con similares dificultades orográficas para la instalación humana, Espadán encierra en su interior más quebrado pequeños pueblos de marcado carácter morisco, Aín, Eslida, Alcudia de Veo o Torralba del Pinar aparecen al pie de las más impresionantes cumbres y un entramado de callejuelas tiende hacia ellas.
En todos ellos el agua es protagonista y en los caminos que llevan entre huertos a las fuentes de Fosques, Sant Josep o Sant Ambros queda patente el empeño secular de una transformación del medio natural enraizada en el paisaje.
Desde épocas remotas la sierra ha sido baluarte en las confrontaciones bélicas ya que su situación estratégica, su trazado laberíntico así como el dominio que desde sus cumbres ejercía sobre las tierras circundantes; la convirtieron en refugio fácilmente defendible por medio de una tupida red de castillos construidos en muchos casos sobre la base de recintos ibéricos; es, sin embargo, durante la dominación musulmana cuando se alzan fortalezas como la de Castro, Vall d'Uixó, Mauz, Alcudia de Veo o Aín entre otras muchas, pequeñas guarniciones que protegían militarmente a la sierra.
Hubo en otro tiempo ciertas actividades peculiares como la extracción de minerales en canteras de pequeñas dimensiones o en galerías subterráneas; ejemplos son el cinabrio, del que se obtiene el mercurio, barita para la extracción petrolífera, incluso se cuenta que los romanos extrajeron plata de estas montañas. Otra actividad tradicional fue la recogida de la nieve en depósitos llamados cavas o neveras; pero ante todo, la extracción del corcho del alcornoque es la que más caracteriza a las actividades económicas tradicionales de Espadán, labor que aún perdura aunque en retroceso.
Si por los itinerarios hacia las cumbres se alcanzan las atalayas desde las que contemplar grandes panorámicas, los senderos que, por viejos caminos siguen encajados valles y barrancos dejan al visitante ante pequeños paraísos naturales difíciles de olvidar como el de Aguas Negras, el de Alamanzor o el de Ajuez, escoltados por las magníficas paredes de rodeno, y perseguidos por el juego continuo del agua sobre el lecho rocoso.
Ante éste patrimonio que la naturaleza regala a Espadán y los elementos que la historia y la cultura han ido añadiendo parece imprescindible que toda esta riqueza natural y cultural fuera protegida mediante la declaración del Parque Natural de la Sierra de Espadán que tuvo lugar en 1998.
* Centre Excursionista de València.
Castellnovo es puerta de entrada al Parque Natural de la Sierra de Espadán.
Puedes descargar folleto informativo del Parque Natural pinchando aquí.