Hasta ahora nos reuníamos bajo el olmo para conversar con nuestros vecinos, jugar con los amigos, bailar en las verbenas de verano, esperar el final de la misa del domingo o tener una cita con nuestro enamorad@.
Pero desde el pasado 19 de junio el Olmo de Castellnovo es, además, el escenario ideal para una boda perfecta.
Ese día, la unión de Mónica Morro Ferrer y Joaquín Fibla escribió un nuevo capítulo en la historia de nuestro pueblo. La elección de uno de los enclaves más emblemáticos de Castellnovo para celebrar su enlace fue su forma de homenajear al pueblo donde creció la novia.
Ese día, la unión de Mónica Morro Ferrer y Joaquín Fibla escribió un nuevo capítulo en la historia de nuestro pueblo. La elección de uno de los enclaves más emblemáticos de Castellnovo para celebrar su enlace fue su forma de homenajear al pueblo donde creció la novia.
Por primera vez una pareja se casaba civilmente bajo las ramas del Olmo y también por primera vez oficiaba esa unión una mujer, Ángela Pérez Ortín, teniente alcalde del ayuntamiento. El mismo Olmo que durante siglos ha visto salir de la Iglesia a las parejas de recién casados, esta vez los cobijó bajo sus ramas en el momento que pronunciaban el sí quiero frente a una mujer como maestro de ceremonias.
Los novios decidieron que su enlace fuera un momento lleno de alegría y color. El escenario estaba decorado con una inmensa alfombra roja, frutas naturales, plantas y flores . El Olmo lucía sus ramas más verdes en todo su esplendor creando un ambiente mágico.
Los momentos personales dedicados a los novios marcaron la pauta de la ceremonia. Todas las personas importantes en sus vidas se reunieron en torno al árbol. Hermanos y amigos contaron anécdotas divertidas, recitaron poesías en su honor y compartieron su amor por la pareja con el resto de los invitados.
Por su parte, el ayuntamiento regaló a la feliz pareja una insignia de plata con una imagen del olmo conmemorativa del enlace. Después, un gran brindis multitudinario en honor a los novios y un tentempié en la misma plaza pusieron punto y final a una tarde llena de emociones. Mónica y Joaquín disfrutan ya oficialmente de sus primeros días de matrimonio. Deseamos que sea tan duradero y fructífero como el olmo bajo el que sellaron su unión.
Por su parte, el ayuntamiento regaló a la feliz pareja una insignia de plata con una imagen del olmo conmemorativa del enlace. Después, un gran brindis multitudinario en honor a los novios y un tentempié en la misma plaza pusieron punto y final a una tarde llena de emociones. Mónica y Joaquín disfrutan ya oficialmente de sus primeros días de matrimonio. Deseamos que sea tan duradero y fructífero como el olmo bajo el que sellaron su unión.
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