Los vecinos de Castellnovo cumplieron ayer con la costumbre de almorzar con los amigos y familiares en la tradicional romería hasta la ermita de San Cristóbal, ubicada en la cima del monte del mismo nombre. Durante todo el fín de semana en la localidad se celebran toros, baile y procesiones en honor de la Santa Cruz para celebrar la llegada de la Primavera.
El Ayuntamiento, como es costumbre, reconoció el esfuerzo de los romeros obsequiándoles con una pastilla de chocolate y una botella de vino y un regalo sorpresa, esta vez una nevera de viaje. «Esto se hace desde siempre, lo que pasa es que antiguamente nos daban espliego y chocolate redondo, de ese que decíamos que parecía de tierra, en lugar de pastillas y vino», según explicó una anciana romera.
Entre 1.500 y 2.000 personas participaron en el ascenso. La romería, según explicó el concejal de Fiestas, Antonio Lara, se celebraba antiguamente «para dar la bienvenida a la primavera y bendecir las cosechas».
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