sábado, 19 de enero de 2008

Y este Domingo, qué?

Si estás aburrido de hacer lo mismo todos los fines de semana, ven a Castellnovo. Tenemos el plan perfecto para cualquier situación:


A- Te levantas tarde, cansado de la noche anterior y no tienes ganas de nada. Coges el coche con los amigos, llegas a Castellnovo, te tomas un aperitivo en algún bar con terraza (el bar del As de Copas, el de la Plaza, el de los Jubilados o el de Gimeno) y das una vuelta por el centro del pueblo. Puedes aprovechar para comprar quesos y aceite, típicos de la zona y de excelente calidad. Cuando sea la hora de la comida te encaminas en dirección a Almedijar, hacia el Paraje Fuente de La Mina. Una vez en el pinar te refrescas bebiendo agua del manantial, abres el bocadillo que te has preparado antes de venir, lo acompañas de un paquete de Papas Maribel (fabricadas en el pueblo) y a dormir la siesta bajo los pinos, oyendo el murmullo del agua, mientras los rayos de sol te dan en la cara. ¡Qué gusto! ¡Al día siguiente, como nuevo!

B- Tu familia te despierta a las 8 de la mañana y los niños no te dejan descansar. Preparas un kit de parrilla, ensalada, carne y pan, les pones a todos un chándal y te los llevas a Castellnovo. Hoy decidís subir a la montaña de las ermitas (en 20 minutos alcanzamos la Ermita San Antonio y en 20 minutos más la Ermita San Cristobal). Disfrutas de las hermosas vistas del valle desde la cima mientas esperas pacientemente que las fuerzas de tus hijos se agoten y una vez abajo les conduces mansamente hacia La Fuente de la Mina. Preparas las brasas en los paelleros mientras los chiquillos juguetean en el riachuelo con otros niños y después de comer suculentamente te echas una merecida siesta. ¡¡Por fin hay silencio!!

C- Ahora que estás jubilada tienes todo el tiempo del mundo y cada fin de semana recorres con tu marido un rincón de la Comunidad Valenciana. Hoy vas a Castellnovo donde pasaste algunos veranos de tu juventud. Visitas el castillo, el Olmo que aparece imponente, pese a sus años te impresiona, la Iglesia, la Cisterna árabe y el Calvario. Aunque el pueblo ha cambiado mucho sigue conservando su aire tradicional y reconoces todos sus rincones. Al mediodía paseáis hasta la Fuente de la Mina, donde recuerdas cuando te bañabas en las balsas de riego y cómo viste a los niños del colegio a finales de los 60 plantando los pinos que dan sombra al paraje. El paisaje ha cambiado, ya no existen las balsas; sobre un fondo verde coexisten un pequeño riachuelo, paelleros, un campo de fútbol en construcción y unas casitas de madera para el turismo rural. Eso sí, del manantial sigue brotando el agua igual que hace tantos años. A vuestro alrededor hay una familia con niños y unos jóvenes descansando, todo parece en paz. Es el momento que estabas esperando, te acercas sedienta a la fuente, bebes un gran trago de agua fresca y piensas en las cosas sencillas que hacen que este domingo seas tan feliz!