sábado, 2 de mayo de 2009

Éxito a dos carrillos

Fuente: La Nueva España del 02-05-2009


El trombonista Santi Novoa, incluido en una gira de la Orquesta de Radio Televisión Española por adjudicarse un concurso en Castellón.


Santi Novoa siempre ha querido ser original. A la supuesta solemnidad de los intérpretes de música clásica le superpone la estética «rapera». A fin de cuentas, no deja de estar, a sus 17 años, en plena ebullición. Sin embargo, su intento por ser diferente no es nuevo. A los siete años ya optó por rebelarse contra los cánones. Su madre, Katy Illés, húngara de origen pero avilesina de adopción, -es profesora de violoncello en el Conservatorio Julián Orbón-, quiso que su retoño siguiera sus pasos, pero el chaval dijo que nones. «Nadie tocaba el trombón, así que me decanté por él. Por ser original», explica Novoa.

Sabia elección la del joven intérprete. Pronto comenzó a desplegar sus virtudes por escenarios de media España hasta que alguien, en el Conservatorio avilesino, le ofreció participar en el Concurso de jóvenes intérpretes de Castellnovo (Castellón) de 2007 que organiza el ayuntamiento de la localidad. Saltó sin presión al escenario e infló los carrillos para interpretar el «Concierto número 1» de Gordon Jacob. Otra vez la originalidad fue su aliada. Se llevó el concurso de calle. El premio, más que suculento: ejercer de solista en varios recitales nada menos que con la Orquesta de Radio Televisión Española. Una gira por Cataluña que le permitió compartir escenario con intérpretes de la talla de Baltasar Perelló o «Chino» Vicedo. Toda un recompensa, pero también una prueba de fuego para este avilesino de 17 años. «Ahora sí sé lo que es la presión. Salir al escenario y ver 1.400 personas en el patio de butacas es la caña», señala Santi Novoa.

Su experiencia con la Orquesta de Radio Televisión Española parece, de momento, efímera. «Para conseguir una plaza primero tiene que jubilarse alguien y luego pasar unas pruebas», explica el trombonista avilesino. Novoa no piensa en alcanzar un puesto fijo. La vida, a sus 17 años, es una montaña rusa. «Ahora me voy a ir dos años a estudiar a Nueva York. Quiero perfeccionarme y luego... Luego veremos», señala Novoa.