Noviembre deja un manto de tonos rojizos en el paisaje de la sierra del Pico Espadán. Las hojas caídas de los árboles, los frutos y flores de la montaña y las tierras de ródeno rodean al visitante entre ruinas de antiguos castillos y manantiales de agua fresca.
Muchas familias optan por recorrer estos paisajes la mañana del domingo haciendo rutas de senderismo por nuestro pueblo y disfrutando de la naturaleza. A su paso encuentran plantas aromáticas como el romero, tomillo, espliego y manzanilla, hacen algo de ejercicio y respiran aire puro.
También en este domingo de noviembre otras familias de Castellnovo pasan el día en el campo recogiendo la cosecha de olivas para tener aceite el resto del año. Los montes se llenan estos días de mantas verdes que recogen los frutos maduros de estos árboles, alguno de ellos ya milenarios.
El aceite de oliva de la comarca del Alto Palancia está considerado uno de los mejores del mundo: su suavidad, dulzura y frescor lo hacen único y muy cotizado en el mercado debido a su bajo grado de acidez. La mayoría de nuestro aceite es envasado en la coperativa Oliespal, en el pueblo de Altura, junto con el aceite de otros 11 pueblos de la comarca.
A la hora de la comida muchos optan por comer en la Fuente de la Mina, un lugar privilegiado para el descanso de los excursionistas. La pinada es el mejor refugio para disfrutar del sol de invierno y para quitarse el hambre comiendo carne a la brasa. Los niños juegan cerca del agua, los mayores reciben el calor de sol en sus mejillas y cierran los ojos, mientras los padres vigilan las parrilas pacientemente. Las mesas y sillas vacías esperan a llenarse de vida...
Volver a lo esencial, el olor de la leña, el aire puro, el sonido del agua, las hojas caídas, los olivos... es lo que nos ofrece este mes de noviembre Castellnovo. Un paisaje que ocupa los domingos de muchas personas y también un trocito de su memoria.