De las cosas que más se añoran cuando se está lejos de la tierra natal son las comidas y los sabores de la infancia. Unos de los platos que más evocamos los castellnoveros es la reconfortante olla de cardo que se comía en familia durante el invierno.
Hervir a fuego lento y cuando esté bien cocido añadir la sal y azafrán al gusto, unas morcillas de cebolla y patatas cortadas a cuadritos.
El truco: cocer muy lentamente, cuanto más tiempo mejor, en una olla de barro.
Que lo disfrutéis!